El VAR tambalea en LaLiga: huelga en Mediapro y demanda por plagio desatan el caos tecnológico

El videoarbitraje, conocido como VAR, atraviesa uno de sus momentos más delicados desde su implementación en el fútbol español. La herramienta que prometía justicia y precisión en el arbitraje podría desaparecer temporalmente de los estadios por una tormenta de doble impacto: una huelga de Mediapro, la empresa responsable de su operación en España, y una demanda judicial por presunto plagio que ha encendido todas las alarmas en la Real Federación Española de Fútbol.
Desde el 14 hasta el 27 de mayo, justo en el tramo más decisivo de la temporada, el sindicato CGT ha convocado un paro en Mediapro en respuesta a lo que consideran un abandono empresarial tras la pérdida del contrato de retransmisión en favor de la compañía suiza HBS. La huelga afecta directamente a los equipos que operan la señal del VAR, lo que podría dejar a LaLiga sin su herramienta estrella en partidos donde se decide no solo el campeonato, sino plazas europeas y permanencias agónicas.
A este conflicto laboral se suma una batalla legal que amenaza con sacudir los cimientos de la tecnología arbitral. Un ciudadano español ha presentado una demanda por presunta infracción de derechos de propiedad intelectual contra la FIFA y la RFEF, argumentando que el concepto del VAR fue apropiado sin su consentimiento. Lo más alarmante: el Juzgado de lo Mercantil Nº6 de Madrid ha admitido a trámite el caso.
El proceso judicial, que aún se encuentra en fases iniciales, podría desembocar en consecuencias impensadas, como la suspensión del uso del VAR si se llegara a confirmar que se vulneraron derechos sobre su diseño y funcionamiento. De momento, el solo hecho de que la denuncia haya sido aceptada ya genera un clima de incertidumbre en las altas esferas del fútbol.
LaLiga ha intentado calmar los ánimos asegurando que la señal televisiva de los partidos no está en riesgo, ya que HBS cubrirá esa parte. Sin embargo, el VAR depende exclusivamente de Mediapro, excepto en el fuera de juego semiautomático, que gestiona Hawk-Eye. Esta dependencia tecnológica hace que cualquier alteración laboral ponga en jaque la equidad en el arbitraje.
Desde los clubes, el nerviosismo es palpable. Equipos que se juegan la vida en las próximas tres jornadas temen errores humanos sin la ayuda del VAR, o decisiones que puedan ser contestadas sin imágenes claras ni repeticiones fiables. La fiabilidad del sistema ha sido objeto de críticas en el pasado, pero su ausencia plantea un escenario todavía más preocupante.
Aficionados y analistas coinciden: este puede ser un punto de inflexión para repensar la gestión del VAR en España. La huelga ha dejado al descubierto que no existen planes de contingencia sólidos. Y la demanda, aunque parezca lejana, podría convertirse en un problema internacional si la FIFA se ve obligada a defenderse en los tribunales por la autoría de su sistema estrella.
Por ahora, las miradas están puestas en lo que pueda hacer la RFEF en las próximas horas. La posibilidad de que se jueguen partidos cruciales sin VAR es real, y sus consecuencias podrían alterar no solo la clasificación, sino la credibilidad del fútbol profesional en España.